29/7/08

LAS MONARCAS















OBRA VENDIDA.
La mariposa monarca (Danaus Plexippus Linneo) pertenece al Orden de los lepidópteros. Es originaria del norte de los Estados Unidos de Norte-américa, Es un insecto cuya belleza, colorido, importancia como agente polinizador y factor de equilibrio ecológico, son preponderantes.

Es también altamente resistente a las condiciones variables del tiempo, a título de comparación, podemos decir que las mariposas convencionales tienen un ciclo vital de 24 días, mientras que la mariposa monarca llega a vivir 9 meses; es decir, 12 veces más que las otras.

Proveniente de Norteamérica, llega a Zitácuaro, Ocampo y [Angangueo], Municipios de Michoacán limítrofes con el Estado de México. La llegada de millones de mariposas ocurre a fines de octubre y su regreso a mediados de abril.

Actualmente, esta mariposa realiza un impresionante y largo viaje de más de 4,000 kilómetros, se alimentan en el camino de [asclepias], plantas llamadas lengua de vaca o "algodoncillo", que contienen un alcalóide venenoso para otras especies, pero que para la monarca significa protección; ya que al asimilar los venenos cardíacos producidos por dicha planta, le da un sabor y olor desagradable para los depredadores, así como también la provee de pigmentos colorantes, a su vez, la [asclepia] se beneficia con la monarca, debido a la polinización que ésta efectúa en una extensa zona.

Es muy importante destacar que por la cantidad millonaria de mariposas monarca que concurren a esta región, siendo agentes directos de polinización, Michoacán ocupa un primerísimo lugar mundial en lo referente a su enorme variedad de plantas, flores y frutos.

La razón de su migración radica en que la maduración sexual solo será alcanzada con el calor primaveral, para lograrlo necesitan hibenar en un lugar donde la temperatura las mantenga aletargadas, para que una vez llegado el calor primaveral se reproduzca para poco después emprender su regreso hacia el norte para concluir su ciclo de vida.

La vida de la mariposa monarca comienza en una planta llamada [asclepia] donde los huevecillos son depositados y al cabo de un período que dura entre 4 y 12 días, emerge una oruga, la cual se alimenta de las misma planta en la que nació. Durante su etapa de crecimiento, la oruga cambia de piel cinco veces, para la quinta vez la oruga, que ya está completamente desarrollada, se fija a una rama y teje a su alrededor un fino [capullo] de seda que durará cerca de 12 días, mientras la oruga va sufriendo una metamorfosis que la convertirá en una hermosa mariposa monarca que a principios de abril emprenderá el viaje al norte, cerrando el eterno ciclo de vida que volverá a comenzar el otoño siguiente.

http://www.umich.mx/mich/monarca/mon-inicio.html

http://www.youtube.com/watch?v=esdOp1RVy5Y
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22/7/08

MARIPOSAS EN FLOR













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19/7/08

PAISAJE TROPICAL
















OBRA VENDIDA.
"veo que la naturaleza me ha contado algo, me ha hablado, y que yo lo he anotado en estenografía. Me siento lleno de nuevos goces que encuentro en las cosas que veo, porque tengo una nueva esperanza de hacer algo grande dondequiera que haya un alma.

La prueba de que ya sé qué quiero poner en mi obra, y qué esfuerzos debo realizar aunque tenga que hundirme, es que tengo una fe absoluta en el arte.

Vincent Van Gogh.
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9/7/08

FERNANDO TAMBORA Y CANTO















Colección Privada.
Obra realizada por jsebastian a los 12 años.

Era sólo un negro. Cuentan que en las noches la luz emprendía su cabalgata para venir a verle. En ocasiones de alegría cantaba. Cantaba también en las horas del llanto y la tristeza..


con toda la potencia de la raza, sus manos percutian el parche de cuero virginal, mientras él con el tronco de balso del tambor apretado entre las piernas, reia y vibraba todo, como si su cuerpo -uno solo con la música- fuese también una nota, jadeante y cristalina, negra y alta.

Poco a poco y casi sin quererlo, su nombre se fué expandiendo en caprichos de la fama, y a sus quince años el oficio diario de trasuntar sus quejumbres en ajenas alegrías le fue llenando la piel de unos huesos puntiagudos que él, con la exuberancia propia de los niños, mellaba en infinitas noches sin horarios. Que lo seguian, le dijeron. No creyó.

Doña juana su madre, que lo conocía bien pues lo había heredado en su vientre como única prenda de amor de un capitán de barcos peregrinos que por siempre habría de amar los mares más que a ella, se lo advirtió también. Y no creyó. Que va mamá decía imposible, la alegría no tiene enemigos.

Entonces, le ensordecía el corazón a fuerza de ternuras, bailaba para ella, estrenando croquis de danzas inauditas, le cortejaba en broma, y la negra, halagada y coqueta sólo para él -porque era hermosa y lo sabia- terminaba por dejarlo partir de nuevo para seguir soñando con el hombre que a esa misma hora y en cualquier parte del mundo estaría esperando el Norte, en rebrujos de tambora, para seguir guiando su barco sobre el mar.

Pero doña Juana no lo sabía, ni sabía tampoco que a él le habían brotado unas como pequeñas alas en los bordes de las manos ni que el tam tam de su tambora era percibido en toda América, en Africa, y en todos los puntos de la inmensa geografía de la sangre de changó, como el preludio de una convocatoria a un día feliz de canto universal.

Cuando murió solo, los diarios no publicaron la noticia. Pero se sintió crujir las columnas de la noche, y a lo lejos, el Lumbalú cortó su nota, desplomada en alguna oquedad del viento. El padre perdida la brújula sonora, hundió su barco en el ojo de algún huracán del Mar de las Antillas, y Doña Juana enloqueció al poco tiempo.

De ella y de su locura aprendimos este lenguaje exaltado que expresa la nostalgia del Africa no vista y nos consta que cuando se cumplen años de su muerte él aparece, en la misma esquina del crimen tocando su tambora y que sus ojos fulguran en la noche en infinitas partículas de luz.
Tarcicio Agromonte.
Autor.
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